Misiones Jesuítico Guaraníes, utopías lideradas por sacerdotes

Misiones Jesuítico Guaraníes, utopías lideradas por sacerdotes

Por: Laura Vaillard 

Entrada a las Misiones Jésuítico Guaraníes

Justo en la frontera de Argentina, Brasil y Paraguay, entre 1608 y 1767, un grupo de Jesuitas provenientes de la Compañía de Jesús de España, se instalaron en la zona y comenzaron a construir misiones y a adoctrinar a los guaraníes en el conocimiento religioso.

Entrada al Museo de las misiones

De a poco fueron abarcando más poblaciones hasta llegar a organizar 30 pueblos (más de 141.000 habitantes) que incluían: 15 pueblos en Argentina (11 en la provincia de Misiones y 4 en la provincia de Corrientes), siete en Brasil y ocho en Paraguay. La ocupación jesuítica en la región se mantuvo hasta que el Rey Carlos III de España firmó la expulsión de este grupo de territorio español.

Antes de la llegada de los Jesuitas, los pueblos guaraníes estaban organizados por un cacique (tekua) que los conducía hacia el “Aguyé”, doctrinas que ayudaban al pueblo llegar a la “Tierra sin Mal”. Cuando arribaron los religiosos aprendieron guaraní y se aliaron con los caciques para poder lograr sus objetivos (a cambio de protección divina). A su vez aprovecharon que ya existía el concepto de Aguyé para instalar nuevas doctrinas que los conducirían “Camino al Paraíso”.

Tras la partida de los españoles, las misiones fueron invadidas por varios grupos y fueron saqueadas con frecuencia. Finalmente fueron abandonadas a su merced y la selva rápidamente las cubrió. Hoy en día, siete de la misiones son consideradas Patrimonio de la Humanidad.

La vida en las Misiones

Los jesuitas vendían la vida en las misiones como una utopía, un lugar donde todos podían ser felices si trabajaban por igual y colaboraban por el bien de la comunidad. Pero como suele pasar, esto era muy relativo.

Cada familia compartía una habitación en la misión y cultivaba una parcela de tierra personal (abambaé) y una comunitaria (tupambaé). Según el folleto oficial de las Misiones Jesuítico Guaraníes, “los hombres hacían trabajos rurales, de carpintería, herrería, arte y artesanía”, mientras que las mujeres se encargaban de “cuidar a los niños, cocinaban, hilaba, tejían y tenían a su cargo las tareas domésticas.”

Se alimentaban con lo que cultivaban en la parcela particular, mientras que las ganancias del cultivo de la tumpabaé servía para cubrir los gastos de la iglesia, educación, cultura y mantener a las mujeres solteras.

Los sacerdotes, -dos, o tres en las comunidades más pobladas-, se encargaban de organizar por un lado, los aspectos religiosos, y por otro, la distribución de bienes, trabajo e instrucción.

La actividad más importante de estos grupos consistía en asistir a misa con toda la familia. En ese momento, los sacerdotes se encargaban de ofrecer instrucción religiosa, económica, cultural, social y militar.

Las misiones eran una “utopía” que regía al ritmo de los sacerdotes.

Fotos de la Misión San Ignacio Miní en Misiones, Argentina.

Mapa de las Misiones Jesuíticas y entrada

Fuentes:

“Misiones Jesuíticas Guaraní. Wikipedia. http://es.wikipedia.org/wiki/Misiones_jesu%C3%ADticas_guaran%C3%ADes

Folleto de Misiones Jesuíto Guaraníes. 2011.

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