Por: Laura Vaillard
Tandil es uno de esos lugares en el consiente colectivo del argentino. Una de las ciudades de las que siempre escuchás hablar y hasta sentís que conocés aunque no hayas ido.
Uno de los destinos más característicos de la ciudad es La Movediza , una piedra de granito de aproximadamente 300 toneladas que hacía equilibrio en la cima de un cerro, hasta que el 29 de febrero de 1912 se derrumbó y fue reemplazada el 17 de mayo de 2007 por una réplica que sigue atrayendo a miles de turistas por año.
No existen testigos directos para constatar por qué la piedra perdió el equilibrio. Algunos indican que se trató de un acto de vandalismo, aunque lo más probable es que haya caído por las vibraciones de las explosiones que los canteros utilizaban para extraer piedra en la cantera que operaba al pie del cerro.
Recorriendo el Parque Lítico La Movediza
Emocionados por estar cerca de la montaña, nos dirigimos hacia La Movediza para hacer algo de trekking. Sin embargo, en menos de diez minutos llegamos a la cima donde se encuentra la réplica, resguardada detrás de unas vallas de metal.
Contentos de haber conocido el símbolo de Tandil, pero disconformes con las exigencia del “trekking” decidimos tomar un camino alternativo y recorrer el campo que se extiende al pie de La Movediza, donde yacen los trozos de la piedra original.
Caminando por la verde llanura descubrimos un mínimo estanque (ver foto) donde nos sentamos a tomar mate mientras veíamos cómo se escondía el sol al costado de esa Movediza que ha dejado de mecer.
Dato interesante para escaladores: cuando regresé, me contaron que las rocas de La Movediza están chapadas y es uno de los pocos lugares de la ciudad donde aún está permitido escalar. Si no te molestan las multitudes, y recién estás empezando, ya sabés que allí tenés una opción para sacarte las ganas.
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