Por: Laura Vaillard
El Festiboulder en El Chaltén, a comparación de otros festivales de escalada, no es una competencia para medir quién escala mejor, sino una oportunidad para disfrutar de un lindo día en la roca con escaladores de todo el país. Con esta excusa, me convenció Vivi para que la fuera a visitar a El Calafate a fines de enero. El itinerario era irrefutable: visita al glaciar Perito Moreno, turismo por El Calafate, y escalada en El Chaltén, la capital argentina del trekking. Era una invitación que no podría dejar pasar. Y así fue, que sin pensar, compré el boleto con destino al sur.
Nunca había participado de una competencia de escalada. Es más, nunca había asistido a una siquiera porque no me gusta competir. Escalo porque me gusta y lo disfruto. Porque me encanta pasar tiempo al aire libre y hacer buenos amigos. Además de ser un deporte fascinante, resalta la personalidad de las personas. Escalando no podés esconder si sos competitivo, inseguro, amable, dicharachero, respetuoso o tímido. Además de ser un deporte que requiere de una fuerte demanda física, exige también a tu mente. Es un deporte que te desafía constantemente y a su vez te expone. Por esta razón, también es una excelente actividad para hacer amigos.
El festival estaba programado para el 1ero de febrero, pero como llovió se pospuso para el domingo 2. Luego de una noche de fiesta, nos despertamos temprano, desayunamos y nos reunimos en la sede del Centro Andino El Chaltén (CACH) para ir a escalar todos juntos. Había dos categorías para mujeres: “las venidas a (-)” y “las venidas a (+)”. Independientemente de qué categoría fuera anotarme, debo admitir que me chocaron bastante los nombres de las mismas. Ya me sentía descartada antes de comenzar.
Al parecer, no fui la única que se sintió así ya que aún las grandes escaladoras (si si, hay varias chicas que escalan muyyy bien), a último momento optaron por anotarse en la categoría de “venidas a (-)”. Como resultado terminamos siendo unas 40 mujeres sentadas esperando para hacer un Boulder: las más experimentas, aburridas porque terminaban rápido y no podían seguir escalando; y las menos experimentas, como yo, frustradas porque nos costaba salir de la primera toma. Aunque dudo que vuelva a participar, creo que el próximo año respetar las categorías así todos lo disfrutamos más.
De los 7 boulders disponibles, probé cuatro y de esos cuatro llegué a terminar dos que requerían más equilibrio que fuerza. Aunque no suene a una gran hazaña, terminé la jornada muy contenta por haberme enfrentado y terminado (más allá de la motoneta) un boulder de unos 4 metros de altura. Me pareció un excelente bautismo para los boulders.
Aunque el balance del fin de semana fue positivo y conocí muchos escaladores y escaladoras, prefiero la escalada fuera del circuito competitivo. Escale mejor o peor, prefiero disfrutar de la roca con un grupo reducido de amigos entre mates y las inevitables nubes de magnesio.
Terminología para no escaladores:
Boulder: un tipo de escala sin cuerda ni arnés, que consiste en escalar bloques de roca y los “problemas de la roca” armados simplemente con pédulas (zapatillas de escalada) y magnesio (que absorbe la traspiración de las manos). En términos de seguridad, se utilizan unas colchonetas (crash pads) para amortizar el golpe, y un grupo de spotters, personas muy atentas que cuidan que el escalador no se golpee en caso de que caiga.
Y para inspirarlos, del dejo un video de una de las mejores escaladoras del mundo:
[vimeo 33306702 w=500 h=281]
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