Los piquetes llegan a Iruya

Texto y fotos: Laura Vaillard

Foto: Julián Ruiz

Apartados de Buenos Aires, lejos de los bocinazos y del ruido de la ciudad de la furia, no pudimos escapar los piquetes. Al parecer, se han convertido en la única forma de protestar para lograr que los reclamos de los ciudadanos obtengan una solución. Incluso en Iruya, un pueblo tranquilo y pacifico bien al norte de Argentina en el limite entre la provincia de Salta y Jujuy a unos 2.780 m.s.n.m.

Luego de pasear por el pueblo, fotografiar la icónica iglesia y subir a la cruz para disfrutar de la vista panorámica de la ciudad, cuando quisimos regresar a Humahuaca, nos encontramos con un piquete que interrumpía el paso de los vehículos.

Justo después de cruzar el puente, en la entrada del pueblo, se habían concentrado algunos de los  habitantes de esta ciudad de aproximadamente 1.500 personas para llamar la atención del intendente.

Rodrigo Poclava, docente de la escuela Padre Claret 4379 desde hace 23 años nos comentó que pedían que el Intendente habilitara un terreno para ampliar la escuela ya que no había suficiente lugar en las aulas y los chicos tomaban clases sentados en el suelo y en los pasillos.

Rodrigo enfatizaba que era la primera vez que habían cortado la ruta, y que aunque preferían otras medidas,  el Intendente de no les dejaba otra opción. «Hace unas semanas tuvimos una reunión con los docentes, padres y concejales para discutir diversos temas y el Intendente ni siquiera quiso firmar el acta de que se llevó a cabo la reunión. Recién cuando comenzamos a gritar hizo un garabato sin sello ni nada».

Los habitantes de Iruya exigen cambios. Además de los reclamos por una educación digna, también piden por un mejor sistema de salud y la presencia de un dentista en el pueblo.

 

Son pedidos básicos y legítimos y están cansados de que nadie les ofrezca una solución. Por eso recurrieron a un piquete para llamar la atención del intendente y, por qué no, los medios nacionales.

Es una lastima que su reclamo haya interrumpido nuestras vacaciones por unas horas, pero más triste es que sus palabras lleguen a oídos sordos. Espero que este post amplifique su voz, se haga oír y en algún momento los responsables hagan lo que tienen que hacer. Es un honor haber podido formar parte de la historia de un pueblo que cansado de esperar, se levanta a reclamar por los derechos más básicos: salud y educación. Esperemos que pronto encuentren una respuesta.