Tour los que quieran saber qué hay detrás del fileateado porteño

Tour los que quieran saber qué hay detrás del fileateado porteño

El fileteado es parte de la herencia argentina, y más particularmente de la tradición porteña. Sin embargo, ¿cuánto conocemos sobre sus inicios y su historia?

Para que podamos entender más de qué se trata, la empresa de viajes y turismo 054, hace cinco años diseñó “El Fileteado porteño tour” para que tanto locales como turistas se familiaricen que esta forma de arte tan característica de la argentinidad.

Breve historia del fileteado

El tour comienza en Anchorena y el Pasaje Carlos Gardel, a metros de Shopping Abasto y la estatua del conocido cantante de tango Carlos Gardel.  Allí es el puntapié inicial de una clase no tradicional sobre el fileteado y sus orígenes.

Sorprendentemente, todo comenzó como una picardía de dos inmigrantes italianos Vicente Brunetti, de diez años, y Cecilio Pascarella, de trece años, quienes trabajaban en una fábrica de carrocerías sobre Av. Paseo Colón. Hacia el siglo XIX, todas las carrozas fabricadas en el taller eran grises e iguales. Estos dos humildes inmigrantes comenzaron a dibujar líneas en las carrozas para entretenerse. En vez de enfadarse, los clientes recibieron la travesura favorablemente y comenzaron a pedir que personalizaran sus carros con motivos originales que lo ayudaran a distinguirse del resto.

Este arte dibujar de líneas y espirales de colores fuertes, luego se fue volviendo más complejo con la incorporación de flores y dragones, luego los nombres de los dueños de los carruajes y frases con letras góticas. Más adelante también se fueron agregando imágenes, efectos tridimensionales mediante sombras y perspectivas y el uso recurrente de la simetría. Las frases pueden ser refranes, citas poéticas o reflexiones, pero nunca mensajes políticos.

Después de los carruajes, el fileteado pasó a decorar camiones y colectivos, hasta que en 1975 una ordenanza, que fue actualizada en 1985, prohibió el uso de filetes en los colectivos porque se había hecho difícil distinguir las diferentes líneas. En los últimos años ha reflorecido el uso de esta técnica porteña para decorar las fachadas de bares y restaurantes en especial en el barrio de La Boca y El Abasto.

Algunos componentes básicos del fileteado

  1. Líneas estilizadas: trazos únicos con un comienzo grueso y filares finos y curvos
  2. El uso de colores fuertes y vivos con preponderancia en el azul, rojo y verde
  3. Detalles en negro y blanco para la sombra y la iluminación, y así crear una ilusión de fantasía y profundidad
  4. La predilección por la letra gótica, muy popular en los artistas franceses del siglo XIX cuando se inició ese estilo
  5. Preponderancia en el uso de la simetría
  6. Enmarcado del dibujo para contener todos los objetos
  7. Utilización máxima del espacio en blanco

Elementos más frecuentes

Flores: símbolo de la delicadeza, la hermosura y la femineidad.

Naves: que hacen referencia a la inmigración y a la nostalgia de regresar al país natal.

Sol: representa prosperidad.

Dragón: es la imagen de la fantasía.

Escenarios de dos cortinas entreabiertas que destacan un nombre o dan señal de un comienzo.

Manos estrechadas: en alusión a la frase del Martín Fierro del Martín Fierro, de José Hernández: «Los hermanos sean unidos, porque esa es la ley primera…»

Virgen de Luján: para resaltar la fe cristiana.

Carlos Gardel: para resaltar la argentinidad.

Cintas, banderas o moños: como meros elementos decorativos.

 

Clase de fileteado

Luego de recorrer las calles del Abasto observando piezas de fileteado, y conocer sobre la historia de la mano de un Guía de Turismo de 054 especializado en el tema, nos dirigimos al Conventillo Cultural Abasto (Anchorena 575) donde tomamos una clase de fileteado muy divertida impartida por Gustavo Ferrari. Este profesional del filete, con más de 15 años de experiencia, nos mostró sus secretos y nos motivó a probarlos en un pequeño cuadro que luego nos pudimos llevar de recuerdo.

En ese momento volvimos a ser como aquellos dos niños traviesos que dieron origen a esta técnica, dejando fluir nuestra muñeca para crear líneas y firuletes para alegrar el sábado por la tarde.

Fue una experiencia distinta y una forma original para aprender sobre arte y una técnica que lleva siglos en nuestro país. Es un tour distinto, que vale la pena tanto para los porteños como para los que visitan la ciudad de Buenos Aires por unos pocos días.

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