Por: Laura Vaillard
Luego del polémico suceso ocurrido en marzo de 2011, en el que dos turistas estadounidenses murieron tras volcarse el gomón en el que viajaban durante un recorrido por las Cataratas del Iguazú, muchos viajeros optaron por dejar de realizar esta excursión.
Sin embargo, en vez de suspender las excursiones luego del accidente, las autoridades del Parque Nacional Iguazú, agencias de viajes y organizadores de este tipo de actividades tomaron mayores precauciones: disminuyeron la velocidad máxima de las lanchas tipo «gomón» y dejaron de sumergirse completamente debajo de las cataratas, para asomar únicamente su parte delantera con el fin de evitar que la fuerza del agua lo voletee.
Uno aún puede sentir la potencia de agua y el ruido de las cascadas mientras pasea por el río con el gomón. Como indica la agencia Dyn, «las cataratas son un paseo turístico compartido por los dos países, dado que si bien la caída de agua se produce del lado argentino, Brasil realiza avistajes panorámicos desde su territorio.» No obstante, de esta forma, se puede vivir la hermosura de las cataratas desde una perspectiva más:
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