Los Leones: un cerro en un oasis secreto

Los Leones: un cerro en un oasis secreto

Por: Laura Vaillard

El viaje a Tandil fue un viaje impulsivo y sin planificar. En menos de dos días compramos los pasajes, conseguimos alojamiento y nos fuimos.

Y así también lo recorrimos una vez que llegamos a la ciudad: siguiendo nuestro instinto. No sé si se acuerdan de mis primeros posts (allá por 2006) donde decía que viajar sin guía es la mejor forma de viajar… Bueno, lo sigo manteniendo.

¿Por qué? Porque de esa forma uno descubre esos lugares fuera de los límites del mapa turístico, esos rincones que sólo conocen los lugareños, lugares mágicos a los que uno únicamente llega por azar.

De esa forma llegamos al Cerro de los Leones, una antigua cantera de granito de donde se extraía piedra (1870), ubicada al oeste de la ciudad aproximadamente a 7 km del centro.

Como estábamos sin auto, caminamos muuucho para llegar, pero valió la pena cada paso. Al traspasar el alambrado ingresamos a un oasis donde sólo se escucha el sonido del viento y los pájaros.

Podría haberme quedado horas sentada a orillas del estanque mirando cómo el sol danzaba sobre el agua mientras los peces plateados del reflejo iban y volvían coordinados por el sonido del viento.

¿Cuál es la historia la cantera?

Según el sitio Los Picaderos, en las canteras, las actividades se dividían en dos: la primera, era la extracción de la piedra de la cantera, y la segunda consistía en el corte y labrado de la misma para hacer adoquines, granitullo y cordones.

El Cerro de Los Leones fue la cantera más importante de Tandil y lleva ese nombre porque los picaderos, barrenistas, herreros, marroneros y paterristas que trabajaban allí decían que las formaciones rocosas que sobresalían del cerro parecían cabezas de leones.

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