El pedal de la libertad

El pedal de la libertad

masa_critica_buenos_aires_5jul0900043

Por: Laura Vaillard

“A las 21 en el obelisco”. Esa era toda la información con la que contábamos. No sabíamos a qué hora salíamos,  a dónde íbamos, ni cuánto tiempo duraba el recorrido.

La luna llena se escondía detrás de los carteles luminosos de la 9 de julio, y esperaba paciente para salir a alumbrarnos una vez que comenzaran a girar las ruedas de las bicicletas de esta Masa Crítica, que se reúne los domingos de luna llena a pasear por las calles desiertas de Buenos Aires y el primer domingo de cada mes por la tarde.

“Trin trin trin”, irrumpió la incertidumbre y todo comenzó a girar. “Vamos que sino no arrancamos más”, fue el grito de guerra. Había llegado la hora de tomar la ciudad.

La noche estaba hermosa. La temperatura era perfecta. La ciudad estaba en silencio y sólo se respiraba la noche. La sonrisa se me escapaba de la boca. No podía creer que estaba andando por Av. Independencia sin tener que preocuparme por los colectivos, los bocinazos y las nubes de smog que escupen los autos cuando aceleran.

Desde afuera, cuando ves pasar La Masa (como se hacen llamar), a veces sentís curiosidad, a veces sonreís y otras veces, cuando estás arriba del taxi renegás un poquito porque querés pasar vos y no entendés por qué no pueden parar y respetar los semáforos.

Pero desde adentro, todo comenzó a tener sentido. Sentís como jóvenes, viejos, hombres, mujeres, parejas, soleteros, disfrazo y desnudos se convierten en uno y extrañamente ninguno se destaca. Comenzás a ser parte del engranaje de una enorme máquina que no deja de girar.

Mientras los pedales hacían fluir esta energía nocturna, había quiénes salían por la ventana a vernos pasar, quiénes gritaban palabras de aliento, y quiénes soltaban algún insulto porque tenían que esperar o no podían pasar. Cuando dieron las 12, nos enteramos que era el cumpleaños de “Juan” y comenzamos a cantar con la misma inercia con la que habíamos empezado a pedalear. Fue un regalo espontáneo para un ciclista anónimo que disfrutamos todos.

Aunque hacia el final de la noche (2 y media de la mattina) hubiese preferido andar el silencio para no despertar a los vecinos, este domingo, la Masa vistió Buenos Aires de libertad y sonrisas; me robó los anteojos y me cambió la óptica para que comience la semana con ojos nuevos.

El lunes, Buenos Aires se despertó más brillante.

Para ver los horarios de la Masa Crítica pueden ingresar a la página: http://www.facebook.com/masacriticabsas?fref=ts

Fuente de foto: Masa Crítica

Aclaración: Si bien defiendo el movimiento y la idea de promover el uso de las bicicletas condeno los actos de violencia que han ocurrido durante las bicicleateadas durante los primeros meses del 2013. Me parece que el objetivo es la paz, no la violencia. Por un lado no estoy de acuerdo con la violenta reacción de los automovilistas que no pueden esperar. Por otro lado no comparto que Masa Crítica llegue a frenar el tránsito hasta 15 minutos ya que el respeto debe ser de ambos lados y los automovilistas también tienen derecho al paso. Tampoco comparto los insultos con los que tanto los automovilistas y la Masa Crítica dialogan.

Estoy a favor del uso responsable de la bicicleta y los ciclistas que utilizan luces, casco, andan por las bici-sendas y no por la vereda o en contramano y también respetan los semáforos, a los conductores y a los peatones.

2 comentarios

Deja una respuesta