Quedan las últimas funciones de mayo de «Una casa llena de agua», protagonizada por Violeta Urtizberea, con dramaturgia de Tamara Tenembaum y dirección de Andrea Garrote. La podés ver los jueves a las 20:00 en Caras y Caretas (Sarmiento 2037, CABA) y es una experiencia teatral imperdible.
Por Antonella Fiacco
Cualquier texto escrito por Tamara Tenenbaum lleva su impronta, su facilidad para llegar y transmitir precisamente aquello que ella busca, esa cosa que sentís al leerlo que te hace saber que es una obra suya. En definitiva, el estilo o las «huellas de un autor/a». Ya había disfrutado libros de ella, pero es la primera vez que puedo ver lo que escribe plasmado en una obra y me sorprendió para bien…
Acabo de recordar que no es la primera transposición de un texto literario suyo a otro código. Ya había visto su libro llevado a la ficción, en la serie El fin del amor, basada en el libro del mismo nombre, protagonizada por Lali Espósito.
Si bien la obra tiene temáticas diferentes a ese libro y a esa serie, el trasfondo siempre es el mismo: el rol de la mujer, las desigualdades, el sacrificio, la ilusión femenina (y la desilusión). La modernidad siempre líquida, y como esa liquidez afecta en las relaciones afectivas. La deconstrucción de los cuentos de princesas y sirenas.
Ahora, ¿cómo transmitir toda esa cuestión filosófica a una obra de teatro? Y ahí entra la magia: una actuación tremenda de Violeta Urtizberea, con esa voz y gestualidad particular. Viéndola me preguntaba si sería la misma obra, de ser protagonizada por otra mujer. Al ser un monólogo, nos valemos solo de su voz y su relato para conocer la historia. Gesticula, grita e imita otras voces, y conocemos todo lo que pasa desde su punto de vista. Una historia que puede parecer simple y que si van a verla, podrán saber que tal vez es bastante común, pero el hallazgo es la forma de contarla. La herramienta del monólogo es ideal para esto, así como en el cine se suele usar el recurso del «narrador omnisciente», acá en el teatro tenemos la narración en un escenario, con luces, sombras, y decorado para transmitir y situarnos en tiempo y espacio.
Muchos aplausos del público y un final emocionante, porque la obra va llegando a su clímax a medida que avanza (aunque sin embargo no se hace para nada larga, porque dura apenas una hora, pero son 60 minutos que valen la pena).
La trama
En los 90, una joven estudiante de Biología entra a trabajar como niñera en la
casa de una familia acomodada. Entre peluches y frascos de compota Milena le irá contando a
Angie, la bebé que cuida, su vida en tiempo real: sus miedos, sus romances, sus fantasías y el
nudo en el que todas esas líneas se cruzan, la pregunta por un futuro incierto.
Milena, despliega un universo que tiñe sus formas de sentir y de pensar: el fondo del mar y los
seres que lo pueblan. La metáfora del océano como un lugar de posibilidades y también de
peligro se va volviendo cada vez más intensa a medida que Milena intenta entender su propia
búsqueda y los costos económicos, éticos y emocionales de la adultez.
¿Qué es ser mujer en el mundo?
“Esta es mi primera obra de teatro, pero se inserta en un trabajo de escritura que vengo
haciendo hace bastante sobre qué es ser mujer en un mundo. Por eso Milena se mueve siempre
entre mundos, entre la clase media baja y la media alta, entre la tierra y el agua, entre la fantasía
y la realidad: los navega, los conquista, los confunde, los padece. Quizás la obra trata sobre
todo de eso: de su inestabilidad, de su ser acuoso, de la voz y la subjetividad que va
encontrando en ese desajuste permanente”. Tamara Tenenbaum
Ficha técnica
Autoría: Tamara Tenenbaum
Actuación: Violeta Urtizberea
Diseño de escenografía e iluminación: Santiago Badillo
Diseño de vestuario: Lara Sol Gaudini
Diseño sonoro y música original: Federico Marquestó
Asistente de escenografía: Lara Stilstein
Asistente de vestuario: Victoria Bianchi Plaza
Asistente de iluminación: Lucía Feijoo
Asistente de producción: Loli Crivocapich
Asistencia de dirección: Pablo Cusenza, Mercedes Aranda
Fotografía: Nora Lezano
Producción ejecutiva: Carolina Castro
Producción general: Compañía Teatro Futuro
Dirección: Andrea Garrote
Esta obra cuenta con apoyo de Mecenazgo y el Cultural San Martín.