En la Sala Pablo Picasso, podés ver «Gwen» la nueva obra de Juan Martín Delgado. Es un homenaje a la gran Gwen Verdon, bailarina que revolucionó la danza en Hollywood y Broadway y participó en la creación de películas como Cabaret, Sweet Charity y All That Jazz.
Por Antonella Fiacco
El musical pretende ser un homenaje, una carta de amor para esta reconocida figura, que fue considerada entre los 50 y los 60 como una de las mejores bailarinas de la época dorada de Broadway. Personificada por actrices en sus diferentes edades y etapas de madurez como mujer, siempre con una personalidad avasallante.
La obra es muy alegre y eso se transmite a través de la música, el vestuario y las coreografías. También en el guión, cuando se llega a momentos dramáticos pero se realizan chistes para que podamos no tomarnos tan en serio algunas de las «tristezas». Si te gustan este tipo de musicales, y la música jazz es tu amiga, no te la pierdas.
Lo que logra el musical es que luego de la función, empieces a investigar un poco más de su vida, ya que es una estrella de otra generación. La trama de la obra hace un acertado resumen, contando lo necesario a través de canciones, y solo un par de monólogos, todo esto alcanza para que logramos interpretar. El resto se completa con los gestos de los bailarines, las excelentes coreografías y los aplausos del público que cierran cada acto. La sala del teatro queda repleta de emoción y el tiempo pasa volando.
(Podés ver también el musical La Desgracia, del mismo director, los martes en Paseo La Plaza).
Acerca de Gwen
A los tres años es diagnosticada con una patología en sus huesos por lo que su madre decide mandarla a estudiar ballet, lo que cambió su vida para siempre.
Fred Astaire y Charlie Chaplin fueron dos de sus grandes inspiraciones. Es así como comienza a trabajar para Jack Cole, el considerado padre de la danza jazz. Jack y Gwen fueron los encargados de darle movimiento a las grandes películas de Hollywood protagonizadas por Marilyn Monroe, Betty Grable, Rita Hayworth, entre otras divas.
Tras mudarse a Nueva York para trabajar en Broadway, recibe por la obra Can-Can el primero de sus cuatro premios Tony (los más altos premios del teatro en EE.UU.) Gwen originó los roles de Lola (Damn Yankees), Charity (Sweet Charity) y Roxie Hart (Chicago).
Su gran amor fue el famoso coreógrafo y director Bob Fosse. Durante toda su carrera luchó contra el prejuicio de no ser considerada como una actriz seria dado a su background en musicales. Su paso por Broadway cambió el paradigma, demostrando que una bailarina podía ser sexy, graciosa y sensible.
“Dicen que en el arte de la coreografía, la concepción es sólo el cincuenta por ciento del trabajo y la verdadera prueba de tu talento es encontrar bailarines que puedan darle vida a esa idea en tu cabeza. Pero a veces, si tienes mucha suerte, puedes encontrar a alguien que lo baile mejor de lo que alguna vez pudiste soñar. Para mÍ esa persona es Gwen Verdon” (Bob Fosse).
Ficha técnica
Intérpretes:
Romina Fos, Virginia Kaufmann, Milagros Llanos, Yerar Pérez, Andrés Rosso, Leonardo Robaglio, Nahuel Silva, Guillermo Valeriano, Mara Moyano, Vicky Barnfather, Laura Rubinstein, Natasha Zbuczynski, Delfina Dilavello, Camila Cerutti, Bianca Curra, Antonella Schimpf
Coreografías: Juan Martín Delgado
Asistente de Coreografía: Laura Rubinstein
Asistencia en Producción Musical: Facundo Cicciu
Escenografía: Giuliano Benedetti
Vestuario: Victoria Molotok By Palacio Victoria Molotok
Asistente de vestuario: Luis Skupien
Pelucas y Peinados: Miriam Manelli
Diseño de Maquillaje: Yami Church Make Up
Diseño de Luces: Matías Pagliocca
Diseño Gráfico: Nahuel Lamoglia
Diseño Logotipo: Lucas Rach
Stages: Evelin Bottani y Martín Mena
Swing: Evelin Bottani
Redes Sociales: Alba Castellano
Fotografía: Matías Ezequiel Jacobi
Prensa: BMZ Comunicaciones
Producción ejecutiva: Luciana Cuenca, Romina Fos
Dirección General: Juan Martín Delgado