Por: Laura Vaillard
Desde chica, siempre me ha gustado la época de Navidad. Tal vez porque era el momento del año en el que viajaba a Santa Fe, Córdoba o Paraná a visitar a mis abuelos y a mis primos. De más grande, porque sabía que era el momento en el que volvíamos a Argentina a visitar a los familiares y amigos.
La verdad es que nunca fue un período muy religioso, pero sí un momento de familia, afectos, reencuentros, y sobretodo, reflexión. Era el momento del año en el que hacíamos el balance de los bueno y lo malo, cuándo mostrábamos nuestro agradecimiento por la salud y las cosas buenas que nos habían pasado y por haber tenido la fuerza suficiente para superar los momentos no tan buenos.
Además, en los primeros años del secundario tocaba el clarinete en la banda del colegio y para la época de navidad tocábamos villancicos y típica música venezolana en recitales a beneficencia. ¡Era una época muy linda!
A partir del 2011, sea por conciencia ecológica, rebeldía hacia el sistema, o negación a pagar exorbitantes precios por decoraciones navideñas, comencé decorar mi casa y el escritorio de la oficina con eco-arbolitos.
En el 2011, hice un arbolito con recortes de revistas, en el 2012, fue el turno de los libros, y en 2013, volvieron las revista re-masterizadas. Cada vez que terminaba de armar el arbolito, quedaba muy contenta con mi creación, sin embargo, al ver las fotos de años anteriores, debo admitir que por suerte, mi creatividad fue evolucionando. Vamos a ver qué se me ocurre el año que viene. En la foto a continuación pueden ver la evolución desde el 2011 hasta ahora. ¡Se aceptan recomendaciones para el año que viene! Y si quieren, también pueden enviar sus fotos con sus decoraciones a info.vidasurrealista@gmail.com
Si te gustan estos eco-arbolitos, te invito a pasar por el Facebook de Los ECOManíacos que tienen muy buenas ideas.
¡Y así damos inicio a este período festivo, de alegría y agradecimiento!
