En el verano de 2021, realicé la senda de “Carros de Foc” en los Pirineos, una experiencia muy especial como ya les comenté en un post anterior. Mi amor por las montañas y mi inquietud por conocer nuevos destinos me llevó a buscar otras sendas para explorar.
Por lo tanto, cuando me invitaron a hacer la ruta Piatra Craiului, en los Cárpatos al Sur de Rumanía, me apunté sin dudarlo. Era una gran oportunidad para conocer y comparar dos cadenas montañosas con morfología y geología muy diferentes: Pirineos versus Cárpatos Centrales. Además, me brindaba la oportunidad de conocer un nuevo país.
El arribo a Zărneşti
En coche y por una carretera discreta muy transitada recorrimos los 168km que separan el aeropuerto de Bucarest de Zarnesti. Después de 3 horas llegamos a destino donde nos alojamos en las cabañas Aroa Mountains.
El ascenso a Piatra Craiului
La mañana comenzó con una espesa neblina que amenazaba en convertirse en lluvia (algo que por suerte nunca se materializó). Iniciamos la ruta atravesando un hermoso y tupido bosque. A tan solo 10 minutos de la salida el terreno se empinó de forma abrupta y era necesario hacerse camino a través de los escalones que los árboles prepararon para nosotros con sus raíces.
Luego de 1,5 horas por el bosque llegamos al Refugiul Speranta. Un pequeño iglú de material para cuatro personas donde es posible pernoctar (disponibilidad por orden de llegada). A partir de ese momento, el terreno se volvió más rocoso y era importante caminar con cuidado, en especial porque había llovido y las piedras se habían vuelto resbalosas.
Luego de unas 2,5 hs de caminata alcanzamos VF Ascutit donde disfrutamos de unas espectaculares vistas. Como era otoño, en nuestro caso, parecía que un pintor había pasado con su pincel a colorear el paisaje con rojos, ocres y amarillos. Esto volvía el panorama aún más fascinante.
Desde allí el terreno se volvía aún más empinado y era necesario usar las manos y cadenas para ascender. A lo largo de Padina Popii caminamos sobre nubes haciendo equilibrio por pronunciados acantilados. Luego de esa travesía, iniciamos el descenso por una larga esplanada por la que era necesario “esquiar” por las rocas. Es una bajada empinada y técnica, sensible para personas con problemas en las rodillas y tobillos. Por lo que se recomienda ir con paciencia y tomar los descansos necesarios para evitar lesiones.
Se trata de una travesía sumamente exigente, pero vale la pena cada paso por los paisajes de ensueño que puedes admirar. Es muy difícil poner en palabras lo que solo puede capturar el ojo humano para imprimirlo en el corazón.
Detalles de Piatra Craiului
Es una ruta circular que comienza en Plaiu Foii, pasa por Refugiul Speranta, VF Ascutit, Padina Popii, Refugiul diana, y concluye nuevamente en Plaiu foii.
Según Wikiloc son 12 kms. Sin embargo, nuestro GPS marcó que caminamos más de 16 kms. Tiene 1.268 metros de elevación acumulados, alcanzando una máxima elevación de 2.135 metros. Si bien la altura máxima no es tan alta, se trata de una travesía difícil y técnica, no apta para personas con vértigo. SE dice que es la segunda ruta más difícil de Rumanía. Hay muchas zonas en las que es necesario escalar y subir utilizando las manos o cadenas. Luego de llegar a la cima, es necesario caminar por altos acantilados.
Los rumanos
Durante el viaje fuimos testigos de la amabilidad y hospitalidad de los rumanos. Ésta nada tiene que ver con la fama que los precede. En Google, el primer resultado dirige a HotNews que los define como personas desconfiadas y evasivas que suelen estar a la defensiva; personas muy centradas en sí mismos y en su familia con poco interés por el prójimo.
Si bien seguramente en el país haya personas que se ajusten a esa definición, mi experiencia está muy alejada de la misma. Nos encontramos con personas muy abiertas que se preocuparon por nuestro bienestar en cada momento de nuestra estadía. Asimismo, tanto en el hotel como en los restaurantes donde comimos, todos se mostraron muy amables y atentos a nuestras necesidades.
Detalle importante en relación al COVID (Octubre 2021)
Por el COVID, las medidas son muy estrictas ya que al momento del viaje menos del 30% de la población estaba vacunada y contaba con una de las mayores tasas de mortalidad de la Unión Europea. Por lo tanto, si desean comer un algún restaurante, es necesario reservar con anticipación y mostrar el certificado COVID (Green Pass) en todos los establecimientos. En caso de que algún comensal no lo tenga, no podrán ingresar. Por esta limitación, los restaurantes suelen tener poca ocupación y la cocina suele cerrar temprano.
