Por Joana V. (Ciudad de Panamá, Panamá)
Antes que nada, quiero desearles un feliz día de la mujer a todas las mujeres. ¡Qué tengan un hermoso día!
En honor a nuestro día, voy a compartir con ustedes el relato de Joana V. de Ciudad de Panamá, Panamá en el que cuenta cómo vivió el Día de la Mujer en Italia. Me llamó mucho la atención que los hombres lo celebrar con tanta vehemencia.
“El 8 de marzo, el día de la mujer en Italia. Ese día, en las calles se venden una florecitas amarillas por todas partes y los hombres se las regalas a sus amigas, madres, compañeras, etc. A comparación de otros países, allí se celebra bastante este día.
Unos días antes del 8, se me quedó el cargador de mi celular en Roma. Como yo viajaba todos los fines de semana desde Génova para encontrar a mi príncipe azul, mi roommateque es de Rosario, Argentina, me presto su celular para hacerle una llamada a mi novio. Cuando me regresó la llamada, ella respondió y sólo lo saludó y me pasó el teléfono. Sólo le dijo «un momento» que se dice igual en italiano que en español.
Cuando tomé el teléfono, mi novio me dice: “¡Qué bien que habla italiano tu roomate!” Sin darle mucha importancia, le dije que no le había dicho nada extraordinario como para que diera ese veredicto. Se lo comenté a mi roommate pero como ella es bastante callada, no me hizo ningún comentario; inclusive cambió el tema y no me di ni cuenta.
Pasaron los días, y llega el dichoso día de las florecitas amarillas. Ese día me escapé en el break/recreo que nos dio el profesor de la universidad y me tomé más del tiempo para ir a comprar algo de desayunar porque justo ese día salí tan apurada de la casa que no me dio tiempo de desayunar.
Cuando entro al salón con mi comidita, me disculpo con el profesor. En vez de recibir un reproche, éste me mira con una sonrisota simpática, lo cuál me pareció muy extraño y me pregunté: “¿A este q le pasó?”.
Mientras caminaba a mi puesto hacia el final del salón, me di cuenta que todos mis compañeros estaban mirándome, y me comencé a asustar. “¿Ahora qué hice?”, pensé. Como ellos me distrajeron con sus miradas no fue hasta que llegar a mi mesa que veo este envoltorio rojo, enorme, que no sé cómo no lo vi antes.
Mi cara de sorpresa fue impresionante, no entendía que eso era para mí… Mi novio me había pedido la dirección de mi casa pero nunca se la había dado porque se me olvidaba siempre preguntarle a servicios estudiantiles la dirección del dorm. Me dio mucha pena con mis compañeros, especialmente con el profesor. Como ya venía tarde del receso, me remití a tomar el ramo, y cuando lo estaba por poner en otra mesa, el profesor me pidió que lo abriera. Creo que me puse del mismo color que el envoltorio. Todos mirando mi cara de tonta enamorada mientras lo habría. Era un ramo de rosas con una linda tarjetita, con un mensaje en italiano y al final una frase en español. Allí entendi que se había puesto de acuerdo con mi roommate para darme la sorpresa.
Esta es mi historia. No sé si será romántica pero a mi me mató…