
Texto y Fotos: Melina Softa
Toledo se encuentra en la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha, en España, aislada por el río Tajo. Es una ciudad pequeña que encierra la eternidad dentro de sus murallas, y seduce con sus numerosos encantos a quien la visita, a tan sólo 73 Kms de Madrid. Llegué en autobús y caminé desde la estación hasta el casco histórico sin saber realmente hacia dónde iba (más abajo explico exactamente cómo llegar). Estaba decidida a dejarme llevar para conocer verdaderamente la esencia del lugar; y así lo hice, me perdí en sus calles estrechas, y las sorpresas fueron variadas, y la satisfacción abrumadora.
En el punto más alto de la ciudad, se yergue el Alcázar, imponente, domeñando la ciudad y ofreciendo ese aura característico de este sitio; porque allí, uno se siente fuera de lugar, en otra dimensión espacio-temporal, en otra época, otra sintonía. Es que Toledo maravilla desde el siglo II a.C., cuando fue conquistada y reconstruida por los romanos.
Luego, pasó a ser dominada por los Moros, y fue una parte importante del Califato de Córdoba por ser un punto estratégico y de gran oferta cultural. Después, en 1085, la conquistó Alfonso VI y reinó la tolerancia, ya que los musulmanes, cristianos, y judíos coexistieron tranquilamente.
Hoy, es una ciudad rica en cultura, y que alberga museos, ermitas, conventos, torres, palacios, mezquitas, iglesias y sinagogas, que van apareciendo repentinamente en las esquinas. Predominan los colores tierra, las piedras de los edificios y las calles, los ladrillos, y los balcones vidriados. Cuando me alejé de la zona más urbana y turística, llegué al perímetro de la ciudad, e inmediatamente avisté el río y el paisaje árido. Miré para atrás y las casas aparentaban estar situadas en una escalera, distribuidas en distintos niveles.
Toledo, para mí, fue un lugar de paz y descanso, donde me asombraron sus recovecos. Allí todo es insólito, y en cada pequeña cosa que observaba podía encontrar una unicidad sin precedentes. En esta ciudad hasta las menudencias son fascinantes porque son, simultáneamente, testigos de la historia y protagonistas del hoy. Descarriada, me emancipé de la cotidianidad y pude admirar lo que no sería capaz de ver en mi día a día por estar cegada por la rutina. Pero allí, en Toledo, despojada de las trivialidades, incluso la más insípida de las piedras tiene gracia, porque sólo con decir su nombre, el pasado y el presente se funden en uno solo.
Top 5 de Atracciones en Toledo
- El Mirador del Valle: ofrece una vista panorámica de la ciudad, y del tajo, que la rodea. Luego de recorrer el corazón de Toledo, lo mejor es admirarla desde la distancia, especialmente por la noche, cuando las luces hacen una postal aún más linda.
- La Catedral: de estilo gótico, fue construida en el siglo XIII, y es una de las más aclamadas de España. La entrada es paga pero vale la pena. Hay precio reducido para grupos, y horario gratuito los domingos por la tarde sólo para españoles.
- El Alcázar: está ubicado a 548 metros, en el casco histórico, en el punto más alto de Toledo. Originalmente fue concebido como un palacio y, hoy en día, alberga la Biblioteca de Castilla-La Mancha y el Museo del Ejército.
- Puente de San Martín: este puente medieval es la antigua entrada a la ciudad. Ofrece una gran vista de Toledo, y por allí se llega al Monasterio de San Juan de los Reyes.
- Monasterio de San Juan de los Reyes: fue construido para conmemorar la batalla de Toro. Su iglesia y su claustro deslumbran, y convierten al monasterio en un lugar obligado para visitar.
Más allá de estos puntos turísticos, el espíritu mismo de Toledo se vive al encontrar sus rincones, sus plazas, sus callejones.
Cómo llegar
Desde Madrid: 1) Por la AP-41: Autopista de Peaje Madrid-Toledo. 2) Desde el aeropuerto de Barajas se llega, en sólo 50 minutos, por la M-40 dirección A-42. 3) En AVE: el tren sale desde Atocha y se llega en 25 minutos por €9 el trayecto. 4) En bus: desde el intercambiador de la plaza Elíptica salen autobuses de ALSA por €5,63 el trayecto. Esta opción es la que yo tomé, y llegué en 40 minutos a la estación de Toledo.
Desde Andalucía: por la A-4: Autovía del Sur.
Desde Ávila, Salamanca y Valladolid: por la N-403: Carretera Toledo-Ávila.
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