
Texto, video y fotos: Jesús Miguel Astorga
Chachapoyas, en el norte del Perú, es un destino poco visitado y sin embargo tiene mucho qué ofrecer. Fue fundada el 5 de setiembre de 1538 y es de las pocas que preserva en buen estado su arquitectura colonial más allá del centro histórico.
Su nombre proviene del vocablo nativo shachapuyos que significa “hombres de la niebla. Cerca a la ciudad, a no más de tres horas, existen varios atractivos turísticos entre los que destaca la catarata de Gocta (la tercera más alta del mundo) y la fortaleza Kuélap, el Machu Picchu de la selva de los cuales vamos a tratar en otros capítulos.
Para llegar a esta urbe se puede ir por vía aérea desde Lima hasta Tarapoto y luego tomar un transporte que luego de ocho horas los dejará en la misma (ver capítulo 1). Lo mismo se puede hacer vía Chiclayo, de donde parten buses que tras doce horas los dejará en su destino.
En la actualidad hay proyectos interesantes en estudio como la construcción de un ferrocarril que la una a la costa y un teleférico para observar sus ruinas arqueológicas. Con esto se espera lograr el despegue turístico definitivo. Mientras tanto, es un destino apacible y no caro para quien quiera visitarla.
Como pueden ver en el video, Chachapoyas es una ciudad limpia y ordenada. Sus pintorescas callecitas con balcones floridos recuerdan un poco a Sevilla, España y otro poco a Salento en el departamento de Quindío en Colombia.