
Por: Laura Vaillard
“Deseo o motivo afectivo que induce a hacer algo de manera súbita, sin reflexionar”, así define la Real Academia Española al impulso.
No obstante, desde que volví de Uruguay, yo lo definiría más bien como el síntoma de una enfermedad que me brota cada vez que veo a una persona tomando mate en movimiento.
No sé bien cómo explicarlo, pero desde ese viaje en febrero de 2013, tengo que contenerme para no ir por la vida preguntándole a las personas: “¿sos uruguayo?” Esta idea no me intriga tanto porque sea algo extraño, sino porque la pregunta no tiene ningún objetivo concreto más que saciar mi curiosidad por conocer la nacionalidad de ese ser extraño que toma mate en cualquier lugar sin inhibiciones.
Pero, ¿qué es lo que me motiva este pensamiento? ¿Será un deseo oculto por hacerme amigos uruguayos? ¿O será simplemente la forma que encontró mi subconsciente para comunicarme que tengo ganas de tomar mate?
Sea cuál fuera la respuesta, si en algún momento estás tomando mate, nos encontramos y no puedo contener ese impulso, no me niegues un sorbo, simplemente reíte: ¡bienvenido a este mundo surrealista!
Con ustedes, algunas postales de esos uruguayos que motivan mi amistad:
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