Por: Laura Vaillard

El otro día me invitaron a comer a la Casa del Señor de los Vientos, o mejor dicho a Furaibo, un templo budista y restó japonés ubicado en el barrio de Monserrat en Buenos Aires, Argentina.

Es un lugar acogedor que funciona tanto como templo y restaurante en donde los dueños buscan respetar al máximo no sólo la religión budista, sino también cada detalle de la comida y su preparación.
La noche que fuimos pudimos hablar con el monje y dueño del lugar, Gustavo Aoki, quien nos contó que como muchas de las verduras que se utilizan para cocinar no se comercializan en argentina, tienen huertas privadas donde producen frutas y verduras autóctonas de Japón.

Para los que desean incursionar en la comida japonesa, y no desean limitarse al sushi, les recomiendo el menú degustación que incluye una gran variedad de platos autóctonos ya que es uno de los pocos lugares japoneses de Buenos Aires donde cocinan con verduras japonesas. Cabe destacar también que la atención es excelente; los mozos son muy amables y están dispuestos a responder a todas tus preguntar.

En Furaibo buscan «crear el mundo de los antiguos Templos budistas del Japón y difundir la enseñanza de la Paz interior practicada en estos, respetando la estructura edilicia de una de las casa más antiguas de Buenos Aires.»
Por eso todos los jueves se lleva a cabo una noche de mantras de 20 a 22 horas donde el monje del lugar recibe a todos aquellos interesados y los ayuda a «liberar la mente del flujo constante de pensamientos que la confunden». Según wikipedia, un mantra puede ser «una sílaba, una palabra, una frase o texto largo, que al ser recitado y repetido va llevando a la persona a un estado de profunda concentración.» Esa noche el monje también nos comentó que cuando lidera los mantras con habitués resulta más fácil entonarlos al unísono logrando pasar al siguiente nivel más rápidamente.

Por otro lado, en Furaibo también buscan «recrear los famosos jardines Zen, la tradicional Ceremonia del Té y toda la cultura…difundir los verdaderos valores de la gastronomía japonesa, sus sabores, sus colores, sus aromas, sus vajillas y toda la gama de variaciones».
Con este objetivo, el primer miércoles de cada mes de 17 a 20 hrs realizan clases de Ceremonia del Té en el Salón Oriental del restó. Según la página web del restaurante, la exhibición es libre y gratuita. Mientras que si desea participar y saborear dulces japoneses debe abonar $20 (ver página web para actualizar precio).

También ofrecen charlas de introducción al budismo todos los martes de 19:30 a 21:30 hrs que cubren: meditación y las enseñanzas del Buddha que intentan enseñarle a alcanzar una vida mejor basada en la paz, la armonía y el respeto.

Por si fuera poco, los viernes y sábados a las 21 hrs ofrecen música en vivo que incluye cantos en sanscrito acompañados por instrumentos japoneses e hindús.

Espero que puedan hacerse un tiempo para conocer este lugar. Es un viaje directo a Japón sin las molestias de los check-ins.

Para más información les recomiendo visitar la página web que está muy completa: http://www.furaiboba.com.ar/

 

Veredicto Surrealista de Furaibo:

Servicio: (4.5/5) La atención es excelente; los mozos son muy amables y están dispuestos a responder a todas tus preguntar. A veces tardan un poco en visitar la mesa para venr si necesitas algo, pero creo que lo hacen para no molestar para que puedas disfrutar del silencio y la tranquilidad del ambiente.

Comida: (5/5) Única, original y deliciosa. No hay otro lugar en Buenos Aires donde se pueda comer comida tan auticamente japonesa.

Ambiente: (4.5/5) Un ambiente tranquilo y apaciguante; uno se relaja automáticamente al ingresar al lugar.

Precio: (4/5) Acorde con el nivel de comida y la atención.

Cómo llegar:

Dirección: Adolfo Alsina 429 – Capital Federal

Teléfono: 4334-3440

E-Mail: furaiboba@hotmail.com

Horario: Lunes a viernes de 12 a 16hs

Miércoles a Sábados de 19 a 23hs

DELIVERY: Comida para llevar

Lunes a viernes de 12 a 16hs

Miércoles a sábados de 19 a 23hs

Pedidos al 4334-3440
Seguime en: Vida Surrealista de Un Viajante Sin Guía

Un comentario sobre “Furaibo: donde cocina el señor de los vientos”

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