
Texto y Fotos: Melina Softa
Winter Park
Siguiendo por nuestro recorrido por el lado B de Orlando, del que comenzamos a hablar la semana pasada (Orlando Más Allá de Disney), el próximo lugar en nuestra lista era el Cornell Fine Arts Museum, en Rollins College. Fue un lugar que me tomó por sorpresa, ya que tenía obras de reconocidos artistas, como Pablo Picasso y Francis Bacon, y unas ilustraciones de Salvador Dalí ¡que nunca había visto!
Luego, llegamos de casualidad a Winter Park, desde Park Avenue. Las serendipias son las cosas más lindas de los viajes, por ser inesperadas, y hay que dejarse llevar y dejarse perder para encontrarlas. La importancia de viajar fuera del mapa, sin guía, colorear fuera de las líneas, sale a relucir en estas circunstancias. Así, conocimos una pequeña ciudad suburbana de la clase alta, cuya zona céntrica está dominada por negocios y sitios sofisticados para comer.
Caminando, nos topamos con el Charles Hosmer Morse Museum of Natural Art, que anida la mayor colección de vitrales de Louis Comfort Tiffany, además de cerámicos, joyas, pinturas, y otras obras americanas de finales del siglo XIX y principios del XX. Andando por sus calles, que procuran mimetizarse con los árboles, llegamos a una zona residencial en donde cada casa parecía capaz de hospedar a un país entero. Posteriormente, nos encaminamos al Kraft Azalea Garden, un parque bordeado por el lago Maitland, punto ideal para los fervientes lectores, artistas, o quienquiera que desee un poco de paz.
Tiempo de descanso
En el momento de tomarse un break sin ir muy lejos, los “orlandoans” eligen entre una variedad de opciones que, como sucede generalmente en todo Florida y Estados Unidos, está a un viaje en auto de distancia (realmente, allí no se puede llegar ni al supermercado a pata, el auto es tu mejor amigo y tu peor enemigo). Una de ellas es Kissimmee, una ciudad en el condado de Osceola, cuya idoneidad como paraje de asueto o escapada de fin de semana se basa en su amplia variedad de actividades que permiten conectarse con la naturaleza, fundamentalmente el golf, eco safaris, tours en hidrodeslizadores o en globo, y diversas alternativas relacionadas con la aventura.
Si la idea es relajarse, hay distintas playas entre las que se puede optar para disfrutar. Personalmente, de aquellas cercanas a Orlando, conocí Daytona Beach y Melbourne Beach, cada una a aproximadamente una hora de distancia. Son lugares tranquilos, aunque el primero es más interesante para el público joven por sus cuantiosos pubs y clubes nocturnos, mientras que el segundo es el paraíso de los surfers.
Daytona es famosa por su arena blanca y lisa, motivo por el cual es la meca del NASCAR. El día que fuimos habían cerrado las calles principales para hacer una feria de ropa usada y otros objetos curiosos. Tanto allí como en Melbourne encontré un muelle principal en el que se reunían los pescadores a probar suerte. A pesar de que estábamos fuera de temporada, ambas playas estaban muy concurridas, y las temperaturas eran altas para ser invierno. La realidad es que en Florida, el verano es eterno y por esto es un estado que nunca cede a una pausa. Un hermoso destino para salir a recorrer y aventurarse lejos de los famosos parques de diversiones, y soy testigo de que hay vida después de Mickey.
Cómo llegar
En avión: desde el Orlando International Airport. Para ir hasta la ciudad, los shuttles suelen ser la mejor opción, especialmente en comparación con los precios inflados de los taxis.
En tren: recomendado para tomárselo desde los lugares más cercanos, particularmente dentro del estado de Florida. Para esto, Orlando cuenta con una estación Amtrak.
En bus: los buses suelen salir, asimismo, desde el aeropuerto, aunque hay empresas como Megabus que van desde y hacia ciudades cercanas como Miami, e incluso algunas de otros estados, como Atlanta y New Orleans.
En auto: siempre es aconsejable alquilar un auto en Florida, ya que es muy difícil moverse sin uno, y poco práctico depender de los horarios de los shuttles (el transporte público es casi inexistente, y pasa cada muerte de obispo). Muchos suelen ir a Miami y a Orlando en un mismo viaje. Para llegar desde la primera, hay que tomar la I-95 North hasta la FL-528 West. Luego, para llegar al centro, se puede tomar Florida’s Turnpike y luego la I-4 East.