Hombres de honor con una lupa a las miserias de la desesperación humana
Teatro Buenos Aires. “Hombres de honor” es una espléndida pieza que observación a la psiquis humana del fracasado, una lupa a nuestras miserias y un llamado a la cordura para impulsarnos a pensar distinto cuando tocamos fondo. Una obra fuerte, con muy buenas actuaciones y absolutamente recomendable. Hombres de Honor. Teatro Del Pueblo – Av. Roque Sáenz Peña 943.
Yo regreso siempre: el tango hecho teatro
Por: Laura Vaillard Tengo una relación muy particular con el tango. No soy de esas personas que crecieron escuchando a Pugliese, Piazzola o Gardel. Mis abuelos no escuchaban, mis padres tampoco y yo, menos. ¡Hasta que me fui a vivir a Estados Unidos! Allí constantemente me preguntaban sobre este “ritmo argentino”, y para sortear la vergüenza del desconocimiento, comencé a interiorizarme sobre este género arrabalero. Es más, como les conté hace años, cuando me gradué en Estados Unidos y me despedí, me pidieron que bailara tango para el International Week Banquet frente a 250 personas. Como no quería despreciar la invitación, el violinista colombiano Mauricio Oliveros y yo, nos decidimos a aprender y pasamos horas frente al televisor aprendiendo a bailar con los típicos videos “Learn how to tango”. Luego del show, nos aplaudieron y muchos vinieron a felicitar nuestra “impecable actuación”, que no era más que un acto de…
Ala de Criados de Mauricio Kartun en el Teatro del Pueblo
Sección Vita&Art Cuando fui a ver Ala de Criados, esperaba ver una obra histórica situada en enero de 1919 durante los disturbios sociales de la Semana Trágica en Buenos Aires. Sin embargo, me encontré con una parodia de la aristocracia argentina de la época. No vimos la huelga del pueblo y la revolución histórica como esperaba, sino la ridiculización de tres miembros de La Liga Patriótica y el Pigeon Club: Tatana, quien representa lo más varonil de una familia aristocrática en decadencia; Emilito, un primo tonto y muy corto de vista que ridiculiza las ideas y acciones sin sustento de la Liga Patriótica; y Pacho, un bueno para nada que arrodillado frente a la bragueta de un peón descubrió que no tenía vocación militar. Frente a estos personajes, por momentos uno quiere subir al escenario a enseñarles modales y hacerlos entrar en razón. «No puede ser tan bestias», piensa uno…