
Video, texto y fotos: Jesús Miguel Astorga
A partir de este momento nuestro viaje va a cambiar y vamos a aproximarnos a lugares pocos conocidos del Perú (incluso para los propios peruanos). Yurimaguas es, un pueblo grande más que una ciudad (dicen que habitan allí unas 50 mil personas, pero a mí me parecieron menos). Su nombre deriva de la suma de los nombres de dos etnias: los yuris y los omaguas.
La urbe inicia su vida política en 1866, sin embargo desde finales del siglo XVII se asentaron allí varias misiones evangelizadoras. El lugar es bastante apacible, pequeño y humilde. Pareciera que se hubiera detenido el tiempo, en los años 50, y sólo la presencia de mototaxis nos trae al presente. Esto se debe a su poco movimiento.
Su principal actividad económica la da el puerto al borde del río Huallaga, desde allí se puede navegar a Brasil, Ecuador o Colombia y si se quiere hasta el Atlántico. El actual muelle es bastante rústico y carece de control, pero esto cambiará pronto con el nuevo terminal que está en construcción y se estima entre en funcionamiento el 2016.
El que quiera realizar desde aquí un viaje por los caudalosos ríos de la selva debe de tener en cuenta que lo que hará será turismo de aventura, no tendrá grandes comodidades, ni opulentas comidas… Experimentará lo mismo que los habitantes de la zona. Pero no hay que asustarse, tampoco es para tanto.
Es conveniente llevar bloqueador porque el sol es bastante fuerte, durante la noche el calor aún se siente (estuve en pantalones cortos y apenas sentía una brisa fría), pero siempre es bueno llevar un cortaviento o un impermeable (por las lluvias) y –cosa rara- no fue necesario el repelente de mosquitos. Pero la recompensa será grande: acercarse a la naturaleza como nunca antes lo habían hecho.